
"Oh sí, mucho".
"Pues entonces -continuó Nasreddín- lleva tu casa al jardín"
Nota: Esta es la enésima amonestación de Nasreddín. En su afán por mirar las cosas a través de sus apetencias, el hombre ignora que toda búsqueda concluye en sí misma. Y el lenguaje apropiado para decirlo es una vez más el del absurdo. Si bien, esta vez, benevolente y piadoso. E. D.