
Sorprendido, el Maestro le preguntó por qué causa hacía eso siendo que eran enteramente desconocidos.
-Perdón -se excusó el hombre- como su turbante y su túnica son iguales a los míos, creí que usted era yo.
Nota: La cuestión del yo y el tú, de la identidad siempre sospechosa, desvela al hombre desde siempre. Y el sufí no es ajeno a este interrogante. Los racionalistas no podrán adentrarse un solo paso en estos territorios, vedados asimismo a la comprensión del hombre occidental. Algún recopilador de los cuentos de Nasreddín ha dicho con certeza que no es el punto de vista académico el que explique su significado. Entretanto, riamos con el personaje: "Creí que usted era yo". E. D.